Existen muchos defectos en cada uno de nosotros. Y estos a su vez se han ido subdividiendo en muchos otros agregados.
Tenemos 7 pecados capitales : IRA, GULA, PEREZA, ENVIDIA, CODICIA, LUJURIA , SOBERBIA U ORGULLO.
Cada uno de ellos se subdivide en otros tantos que se manifiestan en diferente forma aunque relacionado. Los defectos también establecen también entre si una asociación que indiscutiblemente hacen una sinergia, es decir se potencializan unos con otros y el resultado suele ser desastroso.
Podemos hablar en forma muy interesante de todos los defectos. Hablaremos ahora de uno de los derivados que hoy en día da mucho que hacer en la humanidad entera.
El resentimiento es un defecto derivado de la IRA, muy cercano con la venganza, la burla, la calumnia, entre otros.
El resentimiento es un defecto que se manifiesta con sentimiento de rencor, es decir , el recuerdo constante de un agravio recibido y que no se ha sabido perdonar o dispensar.
El resentimiento es el motor que mueve a las personas a reaccionar de distintas maneras: en tono de burla, a través de ofensas y calumnias, en el peor de los casos con mucha crítica destructiva.
El resentimiento hace morir el respeto y el amor o cariño que sintamos por familiares, amigos, vecinos, esposos, novios, hermanos, etc.
Funciona como gatillo disparador para cometer toda clase de acciones irreflexivas llenas de violencia o de venganza.
Lo contrario del resentimiento es el desarrollo del perdón. Ser capaz de perdonar implica utilizar mucho la madurez, la comprensión y la tolerancia.
Perdonar y olvidar las ofensas es una de las aspiraciones más grandes que nos enseña el CRISTO en la oración del PADRE NUESTRO.
Perdonar es un don divino, que nos envuelve en un sentimiento de amor, muy trascendente y superior, y nos ayuda a transformar en acciones positivas un sentimiento que con conciencia estamos tratando de manejar en forma sabia y llena de luz.
Para perdonar, hace falta también AMAR DE VERDAD.
Solo quienes saben amar, sentir altruismo por los demás , son capaces realmente de perdonar y devolver amor y servicio a quienes le ofenden.
El maestro SAMAEL AUN WEOR decía que debiamos "besar el látigo del VERDUGO" , el Maestro Jesús nos enseña que hay que perdonar a los que nos persiguen y bendecir a quienes nos ofenden.
Paz inverencial, DRA. ELENA POLANCO DE BONILLA.
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